El grupo de amautas que opera en el precipicio que sirve como límite a las ciudades de La Paz y El Alto se resiste a dejar el lugar pese al riesgo que representan las filtraciones en el terreno y las alertas de desplome. Ante ese panorama, las autoridades ediles ya han tomado una decisión. Las alcaldías de ambas urbes notificaron a estas personas para que dejen el lugar, pero los amautas han desestimado esa posibilidad y continúan con sus actividades como si nada pasara. Una parte de las personas que realizan ofrendas a la Pachamama han expresado que “morirán en el lugar”. Otro grupo arguye que los predios pertenecen a la ciudad de La Paz, aunque este municipio también los ha notificado. La época de lluvias está vigente y el riesgo de desplome de estas precarias casetas crece. La zona está sobre la avenida Panamericana, casi a los pies del monumento al Sagrado Corazón de Jesús y a unos centímetros del precipicio o arcifinio, una zona que por la temporada de lluvias se remoja constantemente. “Obviamente el sector es de riesgo alto a partir de 90 grados se le se le considera riesgo alto de acuerdo a la información que nos pasan los especialistas”, precisó el secretario Municipal de Agua, Saneamiento, Gestión Ambiental y Riesgos, Gabriel Pari en pasados días. Decisión La Alcaldía de El Alto ya tiene avanzado un plan para reubicar a los amautas. Inclusive personeros ediles ya analiza el lugar al que pueden ser trasladados. “Estamos planificando en qué lugar podemos, en el último caso, lo vamos a tener que reubicar a los amautas, a los que venden, a unos cuantos peluqueros que existen en este sector”, dijo Pari este viernes en una entrevista con La Revista de la red UNITEL.