Los incendios de este año devastaron 2,6 millones de hectáreas áreas forestales en los territorios indígenas más afectados, lo que representa el 20,6% de 13 millones de hectáreas reconocidas como propiedad colectiva de los pueblos indígenas en tierras bajas del país. Monte Verde, Guarayos y Pantanal fueron los territorios más impactados. Las pérdidas de masa boscosa significan un impacto directo al modo de vida de los pueblos indígenas porque se reducen sus posibilidades de obtener alimentos a través de la caza y disminuyen los ingresos familiares y comunales a través de la explotación de sus planes de manejo. Considerando el tipo de cobertura de suelos, los territorios indígenas fueron impactados, principalmente en sus bosques y en mucha menor medida en sus áreas de pampa, sábana o zonas inundables, al igual que los espacios con viviendas y/o con cultivos permanentes.