"Tenemos alerta roja en varias zonas, desde las cabeceras hasta el norte del Departamento. Los niveles de agua han caído drásticamente, en algunos casos hasta 1.5 metros, lo que dificulta la navegabilidad, especialmente para las embarcaciones pequeñas", declaró. También señaló que en el Mamoré y el Ibare, los niveles de agua han bajado a solo 2.5 metros, respectivamente, lo que representa un riesgo para los navegantes. La sequía no solo ha afectado la navegación, sino también el acceso al agua para las comunidades campesinas e indígenas de la región. Los pozos de agua en muchas comunidades se han secado, lo que agrava aún más la crisis. La situación es particularmente grave en el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), donde el río Isiboro ha visto su caudal reducirse a apenas 30 cm, dejando aisladas a ocho comunidades ribereñas que dependen del transporte fluvial para su supervivencia. Miguel Ángel Coseruna, director de la Unidad Educativa de Oromomo, compartió su preocupación por el impacto de la sequía en las comunidades del citado territorio indígena. "La situación aquí es crítica, tanto para la navegación como para el consumo de agua. El nivel del agua ha bajado tanto que en algunas áreas tenemos que arrastrar nuestras embarcaciones para poder seguir navegando y transportar nuestras pertenencias", relató. "Estamos hablando de ocho comunidades ribereñas afectadas por esta sequía". Los ríos Mamoré, Isiboro e Ibare también están en alerta amarilla y roja, lo que refleja la gravedad de la situación en todo el departamento del Beni. Las autoridades locales, junto con los servicios de navegación, continúan monitoreando la situación y buscando soluciones para mitigar los efectos de esta sequía extrema.